tag:blogger.com,1999:blog-85459744635185914892024-03-08T05:59:32.348-08:00Diarios de un ciudadano mayor de edadCiudadano español, nacido en Granada en 1981. Andaluz por los cuatro costados, enamorado de Madrid, de Castilla y de su mujer, e infiel hijo de su patria y de su fe, que es la patria y la fe de sus mayores. Universitario de pacotilla, amigo de la verdad, de la paradoja, del Atlético de Madrid, del VI Naciones, de la Credence y de Balzac. Desconfío de las banderas y eslóganes. Conservador de izquierdas, pepero crítico y trasnochado, lector de poetas desconocidos y aspirante a escritor frustrado. Unknownnoreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-8545974463518591489.post-14125427870042455582015-07-21T06:10:00.003-07:002015-07-21T06:10:33.867-07:00La sabia opción por el distributismo<div style="text-align: justify;">
Yo nunca he sido especialmente amigo del capitalismo, entendido este al modo usual de entenderlo. Lo anterior no lo digo desde un punto de vista exclusivamente doctrinal. Mi conocimiento sobre el mundo económico es francamente limitado. Cuatro reglas básicas y lo que leo en periódicos, revistas, blogs y en el puñado de libros de economía para interesados (no expertos) que llevo leídos en mis treinta y tantos años de existencia. Pero en mi espíritu siempre ha habido una prevención especial hacia la concentración de poder.</div>
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En esas andaba hasta que me topé con una escuela de pensamiento económico que tomaba a la ciencia económica como una ciencia social y moral, no homologable a otras ciencias como la física, la química o incluso la biología. Una escuela de pensamiento no muy desarrollada en todas sus consecuencias, es verdad, pero sumamente interesante y libre. Se llama distributismo, y nació en la Inglaterra de finales del siglo XIX, principios del XX, en torno al grupo de anglocatólicos y católicos inspirados en las encíclicas del entonces Papa León XIII. Como personajes destacados de aquella escuela de pensamiento, tradicionalista más que conservadora, como de hecho probaría que el Partido Conservador británico era muy criticado por los más destacados portavoces de aquel distributismo, cabe destacar a Gilbert Chesterton, Hillaire Belloc, y a sus precursores John Ruskin o William Cobbett.</div>
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El distributismo viene a decir que no hay mayor enemigo de la propiedad privada que el señor Amancio Ortega, primera fortuna de España. Es decir, defiende la bondad de la propiedad privada, pero cuanto esta está al alcance de todo el mundo. El distributismo bebe de fuentes doctrinales muy distintas a las del liberalismo y a las del marxismo, las dos principales escuelas político-económicas de los últimos casi doscientos años. El distributismo tiene su génesis en la doctrina social de la Iglesia, encabezada en el momento de su nacimiento en la encíclica papal Rerum Novarum (1891) de León XIII, que supuso un auténtico aldabonazo para la participación y toma de conciencia "social" de los católicos de entonces.</div>
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A mí me gusta mucho del distributismo que fuerza a conjugar la propiedad privada como elemento ordenador de la relación del ser humano con los bienes del mundo, y la necesidad de que se respete en todo momento la dignidad del ser humano. No sólo la maravillosa y respetabilísima biografía de sus fundadores (Chesterton es uno de los seres humanos más interesantes de los últimos 300 años) es un valor en si mismo para aproximarnos a dicha corriente inteletual, sino que la convicción que yo tengo de que, en lo general, el sistema capitalista occidental está dando sus últimos pero aún poderosos coletazos.</div>
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La sobre-explotación de los recursos naturales (si no de qué íbamos a explicar la reciente, agobiante y terrible ola de calor que estamos viviendo desde hace casi un mes), la creciente desigualdad entre los miembros de una misma sociedad, la necesidad de dotar al ser humano de los instrumentos necesarios para dignificar hasta sus últimas consecuencias la vida del ser humano, todo eso nos debe mover en pos de hallar un sistema de regulación de los bienes económicos que mejores los aspectos que están fallando en el capitalismo actual, y nos evite caer en los tremendos errores del marxismo y de la economía planificada, tal y como se demostró en buena parte de Europa y algunos casos puntuales de Hispano América.</div>
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El distributismo trata de asegurar que la mayor parte de las personas se conviertan en los propietarios de la propiedad productiva. Se trata de fomentar el mayor número de propietarios sobre los medios de producción, extendiéndose a los bienes que producen riqueza, los llamados bienes productivos, aplicándose los principios de subsidiariedad y la solidaridad inherente al cooperativismo, donde se fomenta el trabajo colaborativo y la igualdad en la decisión.</div>
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No es fácil, algunos lo califican de aspiración utópica, y algo de ello puede haber. Pero yo no quiero un país de Botines y de <i>pocoseuristas</i>, ni lo quiero ni lo voy a consentir. En nuestras manos está el luchar contra esta situación injusta, que algunos miembros de la llamada Teología de la Liberación han calificado de manera acertada como "las estructuras de pecado".</div>
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Y yo de rojo antisistema tengo lo mismo que el obispo de Mondoñedo, ojo. Pero quiero lo mejor para mis prójimos, vecinos y paisanos, y por extensión para toda la humanidad. Todos los palacios del mundo no valen la vida de una criatura de pocas semanas que nazca en Burundi o Bangladesh.</div>
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Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8545974463518591489.post-34736201772721127842014-12-03T08:36:00.000-08:002015-07-21T05:06:57.172-07:00La cosas tienen que cambiarCompartiendo su análisis previo, la estafa descomunal que ha supuesto la burbuja inmobiliaria para la España de hoy y de mañana (la digestión no a a costar entre 15 y 20 años de situación económica delicada, ahí es nada), entiendo que PODEMOS adolece de una visión sesgada en cuanto a sus soluciones.<br />
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Somos muchos los que creemos que el principal culpable de la situación actual económica de nuestro país es la injusta, absurda, desquiciada u contraproducente distribución de rentas. Las llamadas rentas improductivas (pensiones, subsidios desempleo, alquileres, sueldos disparatados...) suponen un porcentaje altísimo del total de rentas generadas por la masa de 47 millones de españoles que somos. Y eso es un lastre que amenaza con llevar por la calle del Crecimiento Débil a nuestro país para unos añitos.<br />
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Los locuelos de PODEMOS, o al menos sus dos economistas de cabecera, Vicenc Navarro y Juan Torres, se equivocan en mi humilde opinión al pedir que las rentas del trabajo y del ahorro o capital se equiparen en su tratamiento a través del IRPF. Yo digo a eso que NO. Me parece muy bien que las rentas del llamado ahorro o capital, que ahora tributan a porcentajes en mi humilde opinión ridículos, se incrementen notablemente. Pero ese incremento tiene que ir acompañado ineludiblemente de una rebaja en los porcentajes de los tramos del IRPF para el 90% de los españoles.<br />
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La clase media española, formada por todas aquellas personas adultas que obtienen unas rentas individualizadas superiores a 30.000 euros brutos en Madrid, y 24.000 euros en provincias, e inferiores a 75.000 euros en Madrid y 50.000 en provincias, debiera tributar en el IRPF a unos niveles de entre el 20 y el 33% de sus emolumentos.<br />
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Eso supone una rebaja media en Madrid de al menos un 40-50% de tributación para la clase media.<br />
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Esa si es una revolución fiscal. Y eso pone en circulación a nuestra exhausta y sufrida clase media, que es la que sostiene este país que tanto amamos algunos, y que tantas cosas tiene que solucionar en los próximos años.Unknownnoreply@blogger.com0